sábado, 13 de enero de 2018

Edición de Los Equidistantes del 13 de enero



Foto: Nabor Yáñez
Tuxtla, Gutiérrez, Chiapas

http://www.imgrum.org/

Poesía

* Sana equidistancia

Por Mario Luis ALTUZAR SUÁREZ
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas

* Poeta invitada
A veces ... la lluvia

Marcia SERENA
Chile

* "Pongo mi sombrero en el candelero Y la balsa se vuelve río de Pitaya"
Fragmento

Por Mario ÁLVAREZ RODRÍGUEZ
Palenque, Chiapas

* Cuento

Oro

Raúl VERA SÁNCHEZ
Palenque, Chiapas

* El Hijo del Trueno ©
Num. 2

Román LÓGLEZ
Palenque, Chiapas.

* ¡Días mágicos, con realismos mágicos!

Por Vilma Edith PÉREZ CERVANTES
Matamoros, Tamaulipas


Sana equidistancia
Por Mario Luis ALTUZAR SUÁREZ
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas

Poeta invitada
A veces ... la lluvia
Marcia SERENA
Chile

A Marilus Diéz Salviejo
Regino Díaz Redondo
Araceli Solano Ortiz

Nadie se marcha
Simple y llanamente
Cambia de Residencia
Del plano tridimensional
El mismo en que les disfrutamos
por compartir la vibración de la materia,
percibida por nuestros sentidos,
al desconocido Astral
en donde se concentra
la energía en nuestro corazón y pensamiento.
Y allí nos reencontramos,
alejados del mundanal cotidiano,
para divinizarnos
como los Eternos Reencontrados
en la equidistancia de lo que somos
y lo que ellos son.

A veces ...
la lluvia pone lentes
oscuros a las calles.
A veces Platón
me invita a beber
una fría cerveza
para hablar de filosofía.
A veces , tú ,
me dueles
intensamente .
A veces ,
tu recuerdo
me aniquila
y la nostalgia
me aplasta , me sacude .
A veces ,
todas las lluvias
de este mundo
me caen hacia adentro.

13 enero 2018
Letras cruzadas entre poetas


"Pongo mi sombrero en el candelero Y la balsa se vuelve río de Pitaya"
Fragmento
Mario ALVAREZ RODRIGUEZ Palenque, Chiapas

Oro
Raúl VERA SÁNCHEZ
Palenque, Chiapas


Por el Amor a Xul_ha yo soy

Un ave.

¿Quieres volar conmigo?

Metamonos en el cielo para salir

Azul.
Agarramos la lluvia y salgamos

Gota.

Secuestremos al arcoiris para

Salir colores.

Metamos al mar en una red y

Salga pez.

Por el amor a la gaviota hoy

Quiero volar.

Hagámonos plumas y salgamos

Pájaro.

Caigamos contaro al agua

Sin romper las olas.
.

Se abrió una espiga y se esparció oro por todo el valle; era tanto su brillo, que la totalidad de los cerros refulgían, entonces los vecinos se hicieron gambusinos y de los cuatro puntos vino gente armada de zapapicos y codicia que frenéticos removieron tierra y piedra, al grado que derribaron los corrales, los graneros, la escuela y hasta la iglesia; por ultimo removieron la tierra de los sepulcros y sacaron al sol los huesos de sus ancestros sin encontrar el preciado metal.  Solo un hombre se abstuvo de participar en aquella orgia y permaneció en su casa todo el demencial tiempo de la fiebre aurea.
Hasta que un día decidió salir a caminar y se sentó sobre una piedra del camino, justo en ese momento se percató que estaba sentado al final del Arcoíris y ahí pudo darse cuenta que todo el brillo que inundaba cerros, valles y poblados, provenía de esta pequeña flor.
El hombre se quedó toda la tarde admirando el prodigio y al volver a su casa y ver toda la tierra removida decidió hacerse alfarero.

Agosto 28 de 2017.

El hijo del trueno ©
Num. 2
Román LÓGLEZ
Palenque, Chiapas

¡Días mágicos, con realismos mágicos!
Por Vilma Edith PÉREZ CERVANTES
Matamoros, Tamaulipas


   Eran  escasos doce diferentes familias que se  agruparon para ir habitar cerca del hermoso y caudaloso rio “El Bascan; esto, atraídos por la abundancia de diferentes especies de animales,  aves y peces y principalmente, de sus cristalinas  aguas. Nicte-Ha (flor de agua), y su hermana Zac – Kuc  (Paloma Blanca), eran muy cercanas; casi no se separaban.  Ambas  amantaban a sus pequeños hijos de piel morena y cabellos negros y lacios;  Madres  jóvenes que compartían el mismo techo, junto a sus padres. Una tarde de exuberante vegetación, Nicte-Ha, le dice a su Hermana menor,    a que fueran en busca de leña a las orillas del gran  rio. Ésta, asintió con la cabeza que sí.  Agarraron sus machetes, mecates y tomaron el camino hacia el lugar que habían señalado.  Durante el trayecto, ambas iban jugando y recordando cuando eran solteras;  cómo se enamoraron de sus esposos y el nacimiento al mismo tiempo de sus PEQUEÑOS hijos;  entre charlas y risas inocentes,  no se dieron cuenta que ya habían llegado a la orilla de las cristalinas aguas del rio.  De   inmediato se despojaron de sus ropas y el agua acaricio sus hermosos cuerpos de olor a selva virgen.  Después de disfrutar los brazos frescos y cristalinos, se dedicaron a recolectar ramas secas que la corriente trae cuesta abajo, cortándolas  en pequeños trozos. Cuando ambas reunieron lo suficiente y que podían cargar, a Zac-Kuc, le llamó la atención unos bellísimos destellos multicolores que salían de una caverna;  de inmediato le toco la espalda con el dedo índice a su hermana que estaba levantando su carga y  señalo lo que  había descubierto.  A las dos mujeres  les ganó la curiosidad  y caminaron por toda la orilla del rio.  Cuando llegaron a la entrada de la caverna se quedaron maravilladas; de su interior salían unos hermosos resplandores, derivados de la refracción de los rayos del sol, sobre las estalactitas y estalagmitas que existen en el interior de las cavernas.
Recorrieron con sus ojitos inquietos el interior; ambas  quedaron bocabierta cuando descubrieron sobre una pilastra de alabastro en el centro, hecha por la misma naturaleza, a un hermoso niño de cabellos dorados, que jugueteaba con los colores de un arco iris productos de los mismos efectos de los rayos del sol, sobre el cuarzo que existen en estos espacios dentro de los misterios de la selva.  No lo pensaron dos veces y se   internaron  hasta el lugar donde estaba el niño y  lo tomaron sin recato alguno entre sus brazos;  arrullándolo y dándole  de mamar porque empezó a llorar y la ternura de madre, las impulsó.  Las dos le  dieron de beber de sus pechos redondos al pequeño bebé que increíblemente se calmó. Transcurrieron algunos minutos en completo silencio.  De pronto  reaccionaron extrañadas y, volvieron a dejar al bebé con cierto temor en el mismo lugar  y  salieron corriendo;  pues  el miedo les empezó  invadir.  Mientras   en el interior…  el bebé empezó a llorar fuertemente. Ellas, cuándo estaban a punto de levantar sus cargas de leñas y correr a su Casa para comentar con  sus padres y esposos lo que habían visto y encontrado,  escucharon a sus espaldas un gran estruendo, sintiendo en las espaldas un fuerte golpe de aire caliente  que casi las tumba de boca  y en  seguidas relámpagos y truenos.    Voltearon hacia el lugar del estruendo y vieron con gran sorpresa que alrededor de la boca de la cueva,  las plantas estaban todas marchitas y de inmediato empezó a oscurecer. Las pobres hermanas dejaron la leña tirada y corrieron  asustadas a sus casas. Esa tarde-noche, el cielo no dejo de llorar hasta bien entrada  la mañana del día siguiente. Desde entonces Las hermanas, sus esposos y padres comentan, que el niño rubio que estaba en la caverna,  era ¡¡el  mismito hijo del trueno!!

2 de septiembre de 2010.

Fue editado por la  Pushcagua en su edición número 2
De cuentos Palencanos “Raíces de palabras”03 09 2011,
Pushcagua editores.

Mamá.
Jamás anhele ser dueña de tu casa, casa que te despojo con artimañas la última de tus hijas.  Jamás soñé poseer tus pertenencias, las que robo esa hija que contribuyó a tu inestabilidad emocional; tampoco quiero tu amor, me quedo con el que mediste cuando tu mente tuvo congruencia.
Tampoco quiero verte alterada, al percibir el amor fracturado de quienes pariste.  Tampoco quiero ver la indiferencia de tu semblante, el terror, la vergüenza y angustia, al sentir tu cuerpo sucio por la incontinencia.  Tampoco quiero ver la risa nerviosa por tu derrota ante lo adverso, cuando sin fuerzas tus piernas se doblan y caes, quedando como tatuajes en tu cuerpo y rostro los golpes.
Tampoco quiero ver tu humillación al sentir el estorbo que hoy eres; no quiero que observes los rostros despectivos, el desdén de los hijos que te rodean, tan parecidos a la cola del diablo, de esos que te dejan sin dignidad porque hoy, a causa de tu demencia senil, careces de respeto y fortaleza.  Hoy estas donde tu mente no está, rodeada de soberbia y despotismo, estas donde estas para guardar las apariencias, ante la sociedad de los hipócritas a los que diste vida.
En tí veo el descontrol en las nubes de tu poca lucidez, impotencia, ultraje y enojo; pero también veo la ternura en tu rostro ido, que se derrumba ante mis besos porque aún quedan vestigios de ti, de tu risa.  A ti regreso la vida entre tus senos, una fría muñeca te colma de la ternura que los de carne y hueso te niegan.
Mamá, te despojaron de tu casa, de tu orgullo y felicidad.  Hoy que no tienes nada, nada vales.  Sin pedirlo, con tu mirada al vacío, mendigas migajas de calor humano a quienes todo lo tienen, menos tiempo y un espacio en sus hogares para ti, que les entregaste tu vida por días y por noches sin final.
Mama, en ti queda el dicho “Cuantos tienes, cuantos vales”.  Hoy no vales,  mama, ya no eres aquella dama causante de admiración, hoy solo te acompañan, de casa en casa, un velis con ropa, pañales y medicamentos.  En el ocaso de tu vida, hoy dicen – ¡A mí no me la vengas a tirar!-, como si fueras basura.  Tuvieron más valor tus secadora eléctrica, tu sillón de piel, tus cubiertos chapeados de oro, tu bajilla de Bavaria y las figuras Capodimonte, esas si merecieron un bello espacio en los hogares donde   cierran sus puertas al verte.
Te pido perdón por llevarte al baño, por descubrir tu desnudez a pesar de tu pudor y renuncia, por darte con engaños tus medicamentos y llevarte de la mano como niña a caminar con tal de que vivas con calidad la vida.  Perdón por escupirles desde a la “A” a la “Z”, a quienes te dan con la puerta en la nariz, sin importarles tu fragilidad. 
Perdón por solo prestarte mis manos para que te apoyes en ellas.  Y doy gracias por tu demencia senil y tu alzhéimer, don que posees, para  no darte cuenta y olvides en un instante el escarnio.

Enero 9 de 2018.


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